La culpa es de un escritor
¿Uno o dos tomates? Era la pregunta que me hacía mientras preparaba la cena, tal vez era mejor cortar un tomate y al ver la cantidad decidir si cortar el segundo, o si con ese bastaba. A veces nuestro tiempo se consume en dudas o preguntas que no tienen mucha importancia, era indiferente la cantidad de tomates que picara, solo cocinaba para mí; desde hace tiempo cocino en solitario y he descubierto que la comida además de ser un gusto no banal, es una forma muy jocosa de matar tiempo. ¡Vaya! nunca aprecie la capacidad de cocinar, nunca me preocupó saber hacer recetas, mucho menos utilizar especies, solo considere la posibilidad de incrementar mi menú ahora que vivo "solo" y es extraño, muchas veces aprendemos habilidades o empezamos hobbies y lo primero que pensamos es "¿Por qué no empecé esto antes? Ojala hubiera aplicado todo esto cuando estaba en tal lugar o con tal persona".
Mientras cortaba un tomate a la mitad mire a mi derecha, allí estaba una licuadora con un forro de tela, tal vez estaba llegando de alguna graduación o acababa de hacer la primera comunión, es extraño, las abuelas siempre tienen la manía de comprarle forros a todo, desde las lavadoras, pasando por licuadoras hasta forros para el baño, no lo entiendo pero bueno, la cosa es que inmediatamente deje de picar el tomate y lo metí en la licuadora, era obvio que licuar los tomates era mucho mejor que picarlos, más cuando tienes una habilidad de cortar tomates como la de mi mama para actualizar un sistema operativo. Mientras se licuaba todo pensé en como a veces podemos complicar todo, muchas veces tenemos la solución en nuestras narices o a mi derecha en este caso y no las vemos hasta que ya hemos empezado a hacer todo más complicado, como la vida no es solo picar tomates a veces no ver las soluciones puede significar hacer todo más agotador, también es cierto que las oportunidades no siempre son una licuadora con un forro de tela azul con detalles rosados que de paso no combinan con la decoración de la cocina, una cocina que ni siquiera tiene sifón, mucho menos una caída adecuada. !vaya¡ cómo le hizo falta a mi abuela vivir con una compañía masculina cuando empezó a construir esta casa; en fin, era dichoso, acababa de ahorrarme 15 minutos de picar y afortunadamente podía seguir con mi receta.
La vida de un escritor novato se resume en reflexiones sin sabor; mientras hago cualquier cosa intento proyectarlo en la profundidad de todo y cuando realizo cosas profundas intento ver la simplicidad del día a día. Tal vez es una ridiculez o una simple paranoia de alguien que busca inspirarse para poder seguir escribiendo, más cuando la mayoría de mis líneas han resultado de las relaciones interpersonales.
Una vez alguien me dijo - Tu buscas lo bonito del amor pero para tu desgracia lo mejor de tus lineas sale de relaciones fallidas-. Pues mira que tiene mucha razón, pero tal vez esa es la vida de alguien que quiere escribir. Sistemáticamente un corazón roto se expresa mucho mejor que un corazón enamorado, son más las personas que buscan escritos cuando están deprimidas o compran libros cuando tienen un desamor. Es más probable que alguien enamorado no le interese la literatura más que para sacar fragmentos y utilizarlos para estilizar su relación, pero es increíble la necesidad de absorber historias de amor cuando se está despechado, ya sea películas de amor o novelas literarias para quienes tienen más paciencia.
Historias de amor, ese amor que siempre hace pensar a quien las lee - ojala yo consiguiera un amor como este. Ojala esta ruptura sea superada y podamos revivir el amor que hay dentro-. Es curioso, pero aun cuando miles de personas idealizan el amor en un libro o una película, son pocas las que dedican siquiera 5 minutos para escribir una carta, para hacer un poema. Son muy pocas las personas que se atreven a deja plasmado lo que sienten, tal vez así de efímero es todo, tal vez escribir en una hoja es materializar por el paso del tiempo un sentimiento que a futuro sea leído con melancolía, tal vez por eso es mejor dejar que el tiempo mantenga lo que dura y clave el puñal del olvido en lo que no pudo ser.
Los escritores tenemos razón de ser cuando nuestras líneas son materializadas en relaciones, me incluyo en el aclamado mundo de "los escritores" porque es mi deseo, recuerdo que por allá en el 2011 me propuse a comprar un libro mensual. Falle, al terminar el año tenía 17 libros, mi deseo siempre ha sido poder escribir un libro que resulte ser un bien útil en la sociedad, tan siquiera si una persona se identifica con alguna página, párrafo, línea o palabra que yo he escrito, mi razón de escribir sera entonces la materialización del sentimiento de aquella persona y podre decir que he llegado al corazón de alguien que no me conociere. Al parecer nosotros entramos en acción cuando alguien se identifica con lo que escribimos, es una lástima pues mis líneas siempre han ido dirigidas a la melancolía y las que no, que en lo personal son mis favoritas, han tenido un destino incierto, reposan en alguna biblioteca de recuerdos y tal vez nunca más sean leídas o tal vez ya están en la basura, y no porque así lo decida yo, sino porque cada letra que en algún momento escribí cuando susurraba amor ya no me pertenece y dudo mucho que alguien tenga el coraje de utilizar una carta de mi parte para idealizar un amor que no sea el que está escrito; en resumidas cuentas, debo enfocar más mis líneas en historias que no tengan que ver conmigo, historias que no cuenten mi vida o mi pasar en el tiempo, historias que no sean tan puntuales en la vida de quienes me rodean y tal vez así puedan abrirse camino a historias de alguien más... Bueno hoy he decidido escribirle a un par de tomates ¿no?
Es cierto lo que dicen, eso de no enamorarse de un escritor. Un escritor siempre vive entre la incomprensión y los lamentos, ¿Cómo es eso? Es muy simple, pocas veces es comprendido a un escritor, es cierto, es muy lindo leer sus escritos y algunos logran sacar lágrimas, es muy bonito comprar una novela hacerla tuya, sentir tu vida en cada una de las líneas e identificarte con lo que allí lees a tal punto que el libro se convierte en la vida misma, en tu vivencias y en lo que representa aquello que sientes, pero es muy triste convivir con un escritor, los escritores no siempre vemos donde otros ven y a menudo creamos vorágines donde otros ven situaciones simples. No podemos tolerar una vida plana y por el contrario nuestro interior nos empuja a plasmar aquello que sentimos; escribir lo que sentimos cuando tenemos a esa persona cerca siempre resulta ser una desgracia. Escribir del amor resulta ser demasiado y lo más triste, al pasar el tiempo se crea un vació porque se ve con otros ojos eso que se escribió.
Un escritor siempre es medido por el alcance de sus palabras, si son hermosas cae en la duda y en el cuestionamiento, incluso en ocasiones es sometido a la fidelidad de aquello que se escribió. Un escritor tiene la facilidad de crear historias para enamorar platónicamente pero difícilmente un escritor puede mantener a su lado a la persona que enciende la chispa en cada letra.
Los escritores joden la vida, los escritores pueden escribir del amor, pueden hacer poemas con solo mirar tus mejillas, pueden crear párrafos mientras vagabundean por tu cuello. Los escritores pueden enamorar con sus historias e incluso sacar un par de lágrimas; es cierto, los escritores te pueden enamorar de mil maneras, pueden hacer que olvides el mundo a tu alrededor y contemples el silencio como un espectáculo más en el mundo que los rodea. Un escritor puede ondear tu cabello mientras parafrasea, un escritor despierta tu sed de amor, no permite que te conformes con un amor barato, un escritor es un poeta y de seguro hará de tu vida una rima, un escritor va a ser que quieras besar, que quieras agarrar de la mano, que quieras tirarte en un árbol sin pensar en el futuro, que no necesitas más y si en algún momento tu sed de futuro despierta, con un par de líneas quedaras sedada en ese mundo que solo un escritor puede dar.
Un escritor también puede ser cruel, un escritor puede enamorar mil y una veces con palabras, puede generar bellas historias producto de corazones rotos, pueden doblegar muros en los corazones, pueden tumbar muros. Un escritor puede convertir en un éxito un desamor, un escritor puede hacer que te lamentes... Un escritor puede quejarse como un bebe y aun así se aplaudido, un escritor puede vivir mil días con el corazón roto pero inflarle el corazón a los demás. Si te topas con un escritor, seguramente no pases el resto de tus días a su lado. Si te topas con un escritor lo más seguro es que te joda la vida, para bien o para mal, no estará completamente en tu vida pero no podrás sacarlo y peor aún, en el fondo no querrás hacerlo. Si te topas con un escritor lo más seguro es que sus encantos lleguen muy pronto y se quemen como fósforos o muy tarde y entonces el escritor te habrá jodido la vida, sin quererlo quedaras con el vació constante por la falta de sus líneas, seguro te joderá la vida porque difícilmente te toparas con dos escritores. Si te topas con un escritor o mejor dicho si te topas con un escritor como yo, lo más seguro es que te joda la vida ¡Pero vamos, uno siempre termina con la vida jodida!
Por lo pronto seguiré probando recetas frente a una campana muy bajita, una licuadora con vestido y un guiso sin sabor...