Una bailarina de porcelana
Recuerdo que estábamos en la sala, extrañamente perdiendo el tiempo frente al televisor, un programa de esos de supervivencia que tanto le gustan a mi abuela, quien por cierto no sabe o no quiere aceptar que programas como caso cerrado son montados y nada de lo que pasa es real, en fin, mi lucha con la abuela acerca de la fidelidad de esos programas llego a un punto donde repito con mi abuela " pero como pudiste hacerle esto a maria jose". Creo que a veces es mejor hacerse el loco y escapar de la realidad o por lo menos ignorarla y disfrutar de esos momentos frente a una mujer que en su juventud no pudo disfrutar tanto ya que estaba muy ocupada construyendo lo que hoy se refleja en " buenos días doña cleotilde, esta semana si le pago".
A un lado del televisor vi un elefante de porcelana y lo primero que pude decir fue " abuela usted tenía unas bailarinas, ¿también eran de porcelana ?". En realidad no recuerdo que me respondió, creo que me transporte a otro plano y enseguida llego a mis recuerdo aquella vez que compare en modo de metáfora o tal vez simil a una mujer con una bailarina de porcelana, claramente recuerdo que al preguntarme por tal elocuente comparación respondí que al igual que ella, la porcelana era un material que debía ser laboriosamente trabajado para poder conseguir una belleza tan fina y que a las bailarinas no se les toca, solo se les observa desde lejos, se les contempla y te haces la idea de los movimientos finos que pudiera hacer. Pues bien, las bailarinas de porcelana siguen siendo figuras que no me encantan pero me gusta observarlas.
La porcelana por si misma es encantadora y su técnica estuvo oculta durante muchos años pues solo tenían la fórmula en China y esto ayudó al imperio Ming para crecer económicamente. La porcelana tiene 2 características, al ser tratada a altas temperaturas se obtiene una finura y transparencia increíble y al ser golpeada genera un sonido exactamente igual al del acero, incluso este sonido era utilizado como control de calidad para diferenciar la porcelana de otras imitaciones. Por otro lado el ballet es increíblemente difícil y requiere de una dedicación y técnica que muy pocos pueden asimilar, aunque el ballet nace en la italia renacentista, no toma fuerza sino hasta años después en francia y de hecho hoy en día, cuando se habla de ballet se habla de parís.
Creo que después de tantos meses tengo una idea más estructurada de porque hay personas que parecen bailarinas de porcelana y en realidad no es porque físicamente así lo parezcan o porque practiquen ballet. Hoy en dia ya casi nadie tiene figuras de porcelana en casa, no es la moda y además suelen ser costosas, no son tan apreciadas y su valor de fabricación está industrializado, atrás quedó toda esa magia de un jarrón de porcelana pintado a mano. Lo mismo pasa con las personas, ya casi no hay " bailarinas de porcelana" no están a la moda, se pueden fracturar muy fácilmente y la sociedad ha desarrollados otro tipo de personas con unos costos más bajos. Vaya que es difícil conseguir hoy en día una bailarina, con aquella técnica, con aquella flexibilidad y dispuestas a sufrir solo para poder ser contempladas desde lejos.
Las bailarinas de porcelana son delicadas, denotan hermosura pero a la vez fragilidad, la fragilidad de una porcelana transparente y fina pero que a su vez suena como acero, aparentar rudeza y paradójicamente si la golpeas la quiebras pero antes puedes escuchar un sonido parecido a uno de los metales más resistentes que hay. ¿ No es esto lo más confuso e irónico que hay? y si a esto le agregamos que una bailarina sufre durante toda su preparación, no se permite gustos y sacrifica horas frente a un espejo y sobre tablones solo para ser aplaudida desde lejos. Sangre, sudor y sufrimiento guardan las bailarinas en cada presentación, solo buscan la perfección y al conseguirla solo pueden mirar atrás y ver todo lo que dejaron en su camino, al fin y al cabo hoy en dia no muchas personas disfrutan tanto del ballet o peor aún, muchas personas ignoran la dificultad que representa ser una bailarina o en nuestro caso, ser una bailarina de porcelana.
Lo más triste es que las bailarinas de porcelanas se ven más lindas desde lejos, adornan nuestro dia a dia pero si nos acercamos muchos podemos terminar recogiendo los restos de lo que era una finura y técnica que ya no se puede pegar. Las bailarinas de porcelana no son tan hermosas, pues muchas son solo una ilustración en blanco de lo que puede llegar a hacer una bailarina de verdad y si la miramos por pocos segundos podemos imaginar cómo va a finalizar ese movimiento, pero si la miras por más de 5 minutos te das cuenta que pierde su gracia, tal vez por eso cada vez hay menos personas que tienen bailarinas de porcelana en casa y por el contrario llenan su hogar de baratijas absurdas o de arte postmodernista.
Al igual que el hogar, cada vez es más difícil encontrar bailarinas de porcelana en nuestras vidas y peor aun, es casi imposible llevarlas a nuestra vida y en nuestros fallidos intentos podemos terminar quebrar bailarinas que no se pueden pegar, las personas de plastico resultan ser más baratas, pueden ser moldeadas a altas temperaturas, sirven para casi todo y de hecho el plástico es el material fundamental para fabricar cosas desechables que no son más que la imitación de algo fino pero que vale muchísimo menos, el plástico puede ser transparente pero no puede ser igual de bello a la porcelana, aunque dura mucho más, de hecho el plástico es casi indestructible aun cuando es desechable, ¿que loco no ?... Nuestra vida es nuestro hogar y a lo largo del camino, rompemos bailarinas de porcelana y vamos llenándonos de plástico, al final muchos se convierten en plástico y tal vez es por ello que comparar a una persona con una bailarina de porcelana es cada vez más difícil.
Tal vez no deberíamos buscar más bailarinas de porcelanas o tal vez yo soy el único que las busca, no lo se, tal vez yo que busco porcelana resulto ser plástico y tal vez confundo cerámica con porcelana, vidrio con porcelana y plástico con porcelana. Prefiero pensar que no es así, prefiero pensar que las bailarinas de porcelana no se han quebrado aun y que en la vida todos podemos ser porcelana y no quebrar bailarinas en nuestro camino.
Al buscar porcelana encontre esto tambien.
EL FLORERO DE PORCELANA
El Gran Maestro y el Guardián se dividían la administración de un monasterio Zen. Cierto día, el Guardián murió, y fue preciso sustituirlo. El Gran Maestro reunió a todos los discípulos para escoger quién tendría la honra de trabajar directamente a su lado. - Voy a presentarles un problema -dijo el Gran Maestro- y aquél que lo resuelva primero, será el nuevo guardián del Templo. Terminado su corto discurso, colocó un banquito en el centro de la sala. Encima estaba un florero de porcelana carísimo, con una rosa roja que lo decoraba. - Éste es el problema -dice el Gran Maestro -resuélvanlo-. Los discípulos contemplaron perplejos el "problema", por lo que veían los diseños sofisticados y raros de la porcelana, la frescura y la elegancia de la flor. ¿Qué representaba aquello? ¿Qué hacer? ¿Cuál sería el enigma?
Pasó el tiempo sin que nadie atinase a hacer nada salvo contemplar el "problema", hasta que uno de los discípulos se levantó, miró al maestro y a los alumnos, caminó resolutamente hasta el florero y lo tiró al suelo, destruyéndolo. - ¡¡¡ Al fin alguien que lo hizo !!! - exclamó el Gran Maestro- Empezaba a dudar de la formación que les hemos dado en todos estos años , Usted es el nuevo guardián. Al volver a su lugar el alumno, el Gran Maestro explicó: - Yo fui bien claro: dije que ustedes estaban delante de un "problema". No importa cuán bello y fascinante sea un problema, tiene que ser eliminado. Un problema es un problema; puede ser un florero de porcelana muy caro, un lindo amor que ya no tiene sentido, un camino que precisa ser abandonado, por más que insistimos en recorrerlo porque nos trae comodidad... "Solo existe una manera de lidiar con un problema": atacándolo de frente. En estas horas, no se puede tener piedad, ni ser tentado por el lado fascinante que cualquier conflicto acarrea consigo.
Recuerda que un problema, es un problema.
No tiene caso tratar de "acomodarlo" y darle vueltas, si al fin y al cabo ya no es otra cosa más que "UN PROBLEMA". Déjalo, hazlo a un lado y continúa tu misión. No huyas de él... No lo escondas ...
¡ Acaba con él.!