La definición de un cobarde
Cuántas veces hemos lamentado el no haber hecho lo que podíamos hacer? Cuantas veces no pasamos horas planeando un pasado mejor y con él un presente menos golpeado o difícil ?. Las decisiones que tomamos muchas veces no las hacemos con la armonía de todos los sentidos, la rabia, la tristeza o la alegría nos sesgan de tomar una decisión más calculadora y tal vez, solo tal vez una decisión mejor para la salud de nuestra alma.
Estamos llenos de malas decisiones, estamos llenos de lamentos y de desaciertos, estamos llenos de insatisfacción con lo que somos o con lo que algún día quisimos lograr y hoy solo lo recordamos con melancolía, pero hoy decidí que la melancolía no le trae nada bueno a mi corazón, hoy decidí que no quiero dejar más cosas al vacío, no quiero seguir rifando mi suerte por culpa de sentimientos que más que espontáneos, no son lo que realmente siento, sentimientos que solo aparecen para dominarme, para hacerme tomar malas decisiones, de verdad a partir de hoy quiero hacer las cosas bien o mal pero con mis verdaderos sentimientos, quiero llorar con sinceridad o reír porque en realidad estoy feliz y no porque un sentimiento banal me domino en un corto pero definitivo lapso.
un cobarde define sus acciones en base a emociones de momento, las justifica y moldea la situación para tratar fallidamente de soportar el dolor que tiene por la decisión que tomo, un cobarde pide perdón, un cobarde seca las lágrimas de lo que paso con disculpas, un cobarde también es un irresponsable, un cobarde es el que siendo egoísta no se da cuenta del coste que trae las acciones que toma y que después ahoga sus melancolías en lágrimas o en frases, sintiéndose identificada con los desamores, sintiéndose identificada con las víctimas de otros cuentos, cuando en realidad es un victimario y solo es víctima de las decisiones que toma en un momento de afán. No quiero más la máscara de cobarde, no quiero más la calcomanía de irresponsable y aunque no me había dado cuenta de la responsabilidad que tengo hacia las personas que me rodean, hacia mi futuro, hacia mis aspiraciones y hacia mis proyectos, hoy entiendo que no puedo decidir que va a pasarme mañana, ni siquiera puedo decidir si estas líneas son acertadas o no, si puedo decidir qué actitud tomar ante mi vida, ante mis emociones, ante mis sentimientos y ante mi proyecto de vida, por lo menos el que quiere mi alma para el tiempo que viva.